Andrómeda, como sabes, era la hija de Cassiopea y Cefeo. Era bella, como casi todas las damiselas que aparecen en los mitos. Y sus padres la fueron a sacrificar por una buena causa: Salvar a los etíopes de la destrucción por parte de Cetus. Todo esto imagino que te lo sabes, solo lo comento para recordártelo. Después se casó con su héroe salvador: Perseo, de quien ya hablaremos.
Ambos, Perseo y Andrómeda, siguen en los cielos desde aquellos tiempos.
Lo más destacable de la constelación de Andrómeda es, precisamente, la Galaxia de Andrómeda. Es el cuerpo celeste más alejado que puede verse a simple vista. Ya vimos dónde se encuentra cuando hablé del grupo de galaxias locales.
Para ver esta constelación, lo más fácil es usar a Casiopea de referencia, así que cuando tengas un ratito, siempre está bien salir a dar un paseo por la noche y mirar las estrellas.
En la próxima entrada estudiaremos algo muy grande: La galaxia de Andrómeda, M31.
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