sábado, 3 de octubre de 2020

Actualización sobre el planeta Venus.

 Antes de seguir leyendo, me gustaría recomendar que leas las entradas que en su día escribí sobre nuestro planeta vecino, la Diosa del Amor: Venus. Bueno, la cosa es aprender sobre este planeta y voy a dar algunas cosas por sabidas así que si quieres, échales un vistacito rápido:

- Venus.

- Características generales de Venus. 

- Acercándonos más al planeta Venus.

- A las puertas del infierno en Venus.  

- Lunas de Venus. 

Venus es muy similar a la Tierra pero con una densísima atmósfera que provoca que las condiciones en su superficie sean más parecidas a lo que entendemos como infierno que a lo que entendemos como estar con una Diosa del Amor. Esto es, de hecho, una de las principales razones por la que tampoco hemos ido mucho allí… primero, la dificultad (durísimas condiciones) y segundo, las pocas posibilidades de que nos fuera a servir para algo (Me refiero a que a Marte seguramente podamos ir a vivir algún día… y quién sabe, quizás acabe siendo nuestro único hogar… pero me cuesta creer que podamos hacer eso con Venus, ni tan siquiera explotar sus recursos).

Las cosas han cambiado últimamente con un hallazgo que ha dado la vuelta al mundo: El descubrimiento de fosfina o fosfano (PH3) en su atmósfera. (He de decir que en su atmósfera alta hay un punto en el que se dan unas condiciones óptimas de presión y temperatura, y ya se teorizaba hace mucho sobre la posibilidad de que hubiera algún tipo de ser vivo allí. Ahora parece algo más plausible...

Vamos a intentar explicarlo.  

El fosfano es lo que conocemos como un biomarcador, es decir, una molécula que se genera mediante procesos biológicos, como el metano de los pedos de las vacas o una atmósfera rica en oxígeno como la de la Tierra. El tema es que el metano, por ejemplo, también sale de los volcanes, con lo que encontrar metano en Marte (como se ha encontrado) no significa necesariamente que haya vida… pero la cosa cambia con el fosfano, ya que no se conocen procesos (al menos para las condiciones de Venus o la Tierra) para producir fosfano que no sean de origen biológico.  

Venus in infrared. Akatsuki’s IR2 camera relies on heat emanating from the lower atmosphere of Venus to image the nightside lower clouds. Image Credit: JAXA/ISAS/DARTS/Damia Bouic.
Preciosa imagen de Venus tomada por la cámara de infrarojos de la sonda Japonesa Akatsuki


Así que el fosfano nos daría más esperanzas de que posiblemente exista vida en las capas altas de la atmósfera de Venus… pero, ¿Debemos cantar victoria? No, ni de lejos. 

Primero, porque el fosfano se ha detectado desde la Tierra (observatorio ALMA de Chile y desde Hawaii), mediante espectroscopia, que es fiable, pero no tanto como ir allí y comprobarlo directamente. Así que, por un lado, podría ser otra molécula. Por otro, es difícil saber cuánto PH3 hay. Quizás nos estamos viniendo arriba pensando que eso está lleno y luego resulta que no. Y por último, podría ser que el fosfano se esté creando en la atmósfera de Venus (o debajo, y luego sube) por medio de un proceso que desconocemos y no por seres vivos. De hecho, esta hipótesis es la que más lógica tiene… y lo es también porque aunque sabemos que en la Tierra hay microorganismos que producen fosfano, no es un proceso que se conozca del todo bien. Somos unos ignorantes de pacotilla, en realidad. Es poco probable, por lo tanto, que haya vida en Venus. Pero… ¿Qué hay de malo en soñar un poco? 

Soñar está bien, pero no debemos quedarnos ahí (nunca lo hemos hecho): Hay que investigar. Primero, aquí, en la Tierra y saber más sobre el fosfano. Y segundo, allí, estudiar la atmósfera de Venus como es debido. Obviamente, la comunidad científica ya está en ello y, de hecho, resurgen muchos proyectos para ir allí de nuevo.  

Ahora mismo, hay una sonda estudiando Venus: La sonda Akatsuki de JAXA (Japón), y curiosamente el 15 de octubre de este año, 2020, pasará por ahí la sonda Bepi-Colombo de la ESA (Europa), pero, y aunque iba a estudiar Mercurio, tiene un espectómetro y quizás podremos averiguar más sobre el fosfano de Venus… Además volverá a pasar en agosto del 2021, ¡Y más cerca! Habrá que estar al tanto.

Impresión artística de Akatsuki en órbit alrededor de Venus
Imagen artística de la sonda Akatsuki de JAXA.

A parte de estas sondas, hay otros proyectos; unos más avanzados que otros y con más o menos posibilidades de que salgan adelante. Claro, lo ideal sería una sonda que llevará consigo varias subsondas que permitieran estudiar la superficie así como la atmósfera, pero esto resultaría excesivamente caro y, aunque hay propuestas, tendremos que ver si hay alguien que tenga TANTO interés. (Interés no falta, pero el tema está en que hay muchos sitios interesantes a los que ir). De momento, el proyecto que está más avanzados es una pequeña sonda de Rocket Lab, que tiene previsto ser lanzada en el 2023 y que estudiaría las capas altas de la atmósfera de Venus sumergiéndose en ellas (y destruyéndose después). A parte de esto, la NASA tiene dos proyectos pendientes de aprobación: La sonda DAVINCI+ (Deep Atmosphere Venus Investigation of Noble Gases, Chemistry and Imaging plus) que estudiaría la atmósfera de Venus y la sonda VERITAS (Venus Emissivity, Radio Science, InSAR, Topography and Spectroscopy), que estudiaría su superficie, haciendo un mapa más detallado del mismo. La ESA tiene una sonda propuesta que también cartografiaría la superficie: EnVIsion. Y la agencia espacial india también: Su sonda Shukrayaan, que cartografiaría la superficie y además estudiaría la atmósfera.  Los rusos y los chinos también tienen sus proyectos, claro. A los rusos les falta financiación y de los chinos me falta información… pero, como ves, proyectos y ganas no faltan. 

Así que siéntate y disfruta de la carrera espacial por ser los primeros en descubrir qué produce los supuestos fosfanos de Venus.