jueves, 29 de enero de 2015

Júpiter: La estrella que nunca llegó a serlo.

Antes de seguir con el apasionante mundo de las estrellas quiero que aprendas algo sobre el mayor de los planetas del Sistema Solar. Desde la Tierra se ve como una estrella especialmente brillante, pero no es una estrella... es un planeta: Júpiter. (Se ve cuando la posición relativa Sol-Tierra-Júpiter es la adecuada. Hay muchas páginas web o apps donde puedes buscar esa información).

No es una estrella pero es lo más parecido a una estrella que tenemos en nuestro sistema Solar después del Sol. 

Siempre digo que Júpiter es una estrella que nunca llegó a serlo porque en realidad se quedó bastante cerca de llegar a ser una estrella. Le hubieran hecho falta muchos más átomos de hidrógeno para alcanzar un tamaño tal que permitiera una mayor presión en su interior (mayor fuerza gravitatoria debida a una mayor masa) lo cual hubiera facilitado más la fusión de enormes cantidades de átomos de hidrógeno y hubiera “encendido” la joven estrella. Pero como digo, no fue así. 

En cualquier caso, sigue siendo un planeta espectacular, y muy interesante. 

Está categorizado como Gigante Gaseoso porque, como habrás podido imaginar, si se ha quedado cerca de llegar a ser una estrella, es porque está compuesto por gas es su mayor parte. (Es su mayor parte, repito, porque por debajo de la superficie del planeta ya es sólido o líquido… (en su interior, las presiones son tan enormes debido a su gran tamaño que ni siquiera los átomos se comportan como estamos acostumbrados… y llega un momento en el que es difícil diferenciar gas de líquido) 

Es el cuarto objeto más brillante en el cielo nocturno tras la Luna, Venus y Marte, aunque a menudo se ve más brillante incluso que Marte, dependiendo de las posiciones de ambos respecto a la Tierra. 

Al ser tan brillante, no pasó desapercibido para ninguna de las culturas de la antigüedad: Para los griegos era Faetón, para los germanos Thor, para los hindúes Brihaspati y para los babilonios Marduk. Su nombre, Júpiter, tal y como lo conocemos ahora, se lo dieron los romanos.

Todas estas culturas reconocían a los planetas (sin saber lo que en realidad eran, por supuesto) por algo especial: No se movían como todas las estrellas, siempre en la misma posición relativa entre unas y otras, si no que iban un poco más a su aire. Júpiter tenía un punto más especial aún. Mirándolo con cariño, a veces Júpiter se mueve en sentido contrario al normal. Esto es fácil de comprender si te imaginas la pequeña órbita de la tierra alrededor del Sol y la enorme órbita de Júpiter. En algún momento, la Tierra “adelanta” a Júpiter y por ello nos parece que Júpiter va hacia atrás (viéndolo a lo largo de varios días, claro). Júpiter tarda alrededor de unos 12 años en dar la vuelta al Astro Rey.

Seguiremos conociendo un poco más de él los próximos días... para que sepas lo especial que es aquel puntito que brilla en el cielo...

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2 comentarios:

  1. Júpiter es tan impresionante. Mi madre siempre dice que es una estrella muy bonita y brillante, jajaja.

    Lo de Faetón como Júpiter para mí es nuevo, nunca lo había leído en los antiguos. Hasta donde leí en Ovidio, Faetón era el hijo del Sol, asimilado con Apolo, que, a pesar suyo, prestó su carro a su hijo, pero Júpiter/Zeus lo tiró de un rayo, ya que el chico volaba muy bajo y, puesto que los caballos de fuego lo desconocían, se desvió y terminó chamuscando algunas regiones del mundo.

    Los griegos y los romanos llamaban a los planetas "estrellas errantes", ya que para ellos se movían en contra del movimiento del resto de las estrellas (constelaciones y las estrellas "anónimas", según Gémino).

    Eso como dato curioso. Saludos :D

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  2. jejeje Pues dile a tu madre que no anda lejos de ser una estrella... si mal encaminada no va!

    Brillante el comentario! Muchas Gracias. Me lo apunto todo.

    Un saludo y gracias por enriquecer de esa manera el blog!

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