Constelación de Pegaso.

Pegaso fue el primer caballo que estuvo entre los Dioses. Y no me extraña, porque es una auténtica pasada de caballo. Si los caballos de por sí son bonitos, imagínate a Pegaso, que además de bonito, tenía alas y volaba. Aunque como casi todo, tenía un "pero": era indomable. 

Sobre la historia de su nacimiento hablaremos en otra entrada pronto, solo te adelanto que nació a partir de la sangre que emanó de Medusa, cuando ésta fue decapitada por Perseo. Lo entenderás mejor muy pronto, tranquilo.

Pegaso se dice que es el caballo de Zeus. Aunque el usufructo, al menos durante un tiempo, lo disfrutó Belerofonte, que lo capturó y domó gracias a las bridas de oro que le dio la Diosa Atenea. Belerofonte, gracias a Pegaso, mató a la Quimera (un bicho con cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de serpiente) y a las amazonas (que aparecen en varios mitos, por ejemplo, uno de los 12 trabajos de Hércules era robarle el cinturón a Hipolita, que era una amazona, entonces Reina de las amazonas). 

                                                        

A Belerofonte se le conocía porque siempre quería más. Había capturado a Pegaso, y no contento con eso decide volar hasta el mismísimo Monte Olimpo. Zeus vio que se pasaba de la raya así que envió un pequeño bicho para que picara a Pegaso, tras lo cual, se revolvió de tal manera que Belerofonte  se precipitó al vacío quedando, con ello, lisiado para siempre. Pegaso entonces vuelve al mundo de los Dioses. 

Para encontrar esta constelación en el cielo, tienes que buscar un enorme cuadrilátero. Fíjate en la siguiente imagen, y como espero sabes distinguir donde se encuentran la bella Andrómeda o Casiopea, no tendrás problemas para localizar esta constelación. En la siguiente entrada estudiaremos mejor las estrellas de la constelación de Pegaso.