Parece que cuando uno habla de contaminación solo se refiere a la contaminación del aire o del agua, a las emisiones o a los vertidos... pero hay otros tipos de contaminación. Por ejemplo la acústica o la lumínica, que, aunque olvidadas, también tienen su importancia.
La contaminación lumínica es la emisión de flujo luminoso desde fuentes artificiales con una intensidad, una dirección o un espectral innecesario para la realización de las actividades previstas en la zona en la que se hayan instalados los equipos de iluminación. Toma ya.
Uno de los aspectos más perjudiciales para la Astronomía es el brillo o resplandor de la luz en el cielo nocturno producido por la reflexión o difusión de dicha luz en los gases/partículas de aire de la atmósfera.
Evitando la contaminación lumínica se ahorra energía, se mejora en seguridad vial y se mejora el medioambiente. Además, se mejora en salud, porque la contaminación lumínica afecta a nuestro ciclo circadiano y podría, por lo tanto, provocar trastornos del sueño (con todos los problemas que ello puede acarrear) a las personas.
El instituto de astrofísica de Canarias, o IAC, cuya página aconsejo que visites, ha realizado un gráfico ilustrativo muy simple que nos muestra unas normas básicas que toda instalación de luz debería cumplir.
Te las dejo AQUI.
Si ves alguna cosa que no cumple, lógicamente, puedes sugerir que sea corregido. Es en beneficio de todos.
Y ahora sí, podemos seguir estudiando la constelación del Can Mayor.
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