El
21 de diciembre tendrá lugar una bonita coincidencia en nuestros
cielos. Y, para que quede claro, no es más que eso: Una coincidencia. Nuestras vidas no se van a
alterar más de lo normal (o más de la nueva normalidad, en fin). Es simplemente que las órbitas de Júpiter y
Saturno, vistas desde la Tierra, se cruzarán, llegando a verse esos dos
enormes planetas muy cerca uno del otro, tanto, que ni siquiera lo
veremos como “dos estrellas” sino como un simple astro brillante en el
firmamento.
Evolución de la trayectoria de ambos planetas. Crédito: Observatorio de Madrid. |
Que esté cerca un planeta de otro, no es algo raro y se llama conjunción. Y todos los años ocurre alguna, más o menos espectacular. Este año, por ejemplo, fue preciosa la conjunción Luna-Marte.
Pero que dos planetas estén tan juntos, sí es algo poco habitual. Me explico:
En la gráfica siguiente puedes observar las trayectorias de ambos planetas en los 360º de nuestro cielo, a lo largo de los años (se cruzan cada 20 años, más o menos). Como ves, hay puntos en la gráfica en el que dichas trayectorias se cruzan. Bien, pues pueden cruzarse y pasar cerca uno del otro o pueden pasar muy muy cerca, como ocurre esta vez (Ese momento, en el que 3 o más astros se alinean con el Sol, por cierto, se llama sizigia).
Ahora, si quieres, antes de continuar échale un vistazo a la entrada que escribí en su día sobre los grados, etc. haciendo clic AQUÍ. Bueno, en realidad no es demasiado complicado: Los astrónomos miden el cielo en grados. La cúpula estelar son 360 grados, una constelación ocupa como unos 10-15 grados y la Luna ocupa medio grado en el firmamento. Pues en la conjunción del próximo 21 de diciembre, Júpiter y Saturno estarán a unos escasos 0´1 grados. Suficiente para verlos a la vez con un telescopio.
No se producía una conjunción así desde el año 1623, cuando también estuvieron a 0´1 grados (Lo cual son 400 años, no hace 800 como he oído por ahí). En 1226, eso sí, hubo una conjunción con una separación de 2 minutos, es decir, ¡0´033 grados!). En esa época (lo de Galileo fue en 1608) por cierto, ya se había inventado el telescopio, pero, curiosamente, no tenemos registros de aquella excepcional casualidad cósmica. 60 años después sí: En 1683 los dos planetas estuvieron a tan solo 0´2 grados, y de esa ocasión sí se tienen registros.
Quizás sea más famosa la conjunción de 1604. Pasó algo desapercibida, porque se produjo muy cerca del Sol (lo cual, obviamente, no facilita su visión), pero es que meses después se unió Marte, con lo que ya sí que no podía pasar como si nada. Johanes Kepler, uno de los mayores astrónomos de la historia, se fijó y documentó esta conjunción, a la cual, para colmo, se sumó una Nova (Nueva Estrella), “La Nova de Kepler”. ¡Quién estuviera allí para verlo! Y más, con los cielos que debían de tener en aquella época, sin nada de contaminación lumínica.
Kepler,
estudió las conjunciones a lo largo de la historia y sugirió que la Estrella que siguieron los Reyes
Magos hasta el niño Jesús debió ser una conjunción de un grado que se
produjo en el año 7. Antes de Cristo, lógicamente. Impresionante lo de Kepler, por cierto.
Claro, la de este año coincide casi con la Navidad, con lo que algunos dicen que este año también veremos ahí a la Estrella de Belén. Un buen final para este año 2020 que todos queremos que termine ya.