Como podrás imaginar, para saber qué pasaba debajo de esa espesa capa de nubes, había que acercarse al planeta. Y ahí entraron en juego, de nuevo, USA y la
URSS.
Para el caso de Venus, la primera sonda enviada a Venus fue rusa: La
Venera 1. Y fue un fracaso. También falló la
Mariner 1 estadounidense pero por suerte no
lo hizo su hermana, la
Mariner 2. Y fue, de hecho, el primer objeto creado por
el hombre que se mandaba con éxito a otro planeta. Corría el año 1962, y la Mariner 2
pasaba a 35.000 km de la superficie del planeta Venus y nos enviaba, por fin,
información sobre el mismo. Nos dio la temperatura en la superficie del
planeta: Más de 425ºC, suficiente para fundir el
plomo, el
estaño o el
zinc!!!
Venera 1.
La primera
sonda que tocaba la superficie de otro planeta, sin embargo, fue rusa. Fue la
Venera 3, y lo consiguió en 1966. Lamentablemente, aunque así fuera, no pudo
mandarnos información ya que perdió la comunicación con la Tierra nada más
atravesar la espesa capa de nubes venusianas.
La siguiente en llegar a Venus fue
Venera 4. Esta sí consiguió mandarnos
datos tras atravesar las primeras nubes. Midió la atmósfera y supimos entonces
que estaba compuesta prácticamente en su totalidad por dióxido de
carbono o CO2
(96´5%). También había
nitrógeno (3´5%) y otros gases, dióxido de
azufre entre
ellos. Midió la enorme presión que hay debajo de las nubes. Y fue precisamente debido a
ésta gran presión por lo que no pudo completar su misión con éxito, ya que bajó más
lento de lo que habían calculado y se quedó sin batería a 24 km de la
superficie, cuando ya había nada más y nada menos que una presión 20 veces mayor
que la de la que estás soportando en estos momentos.
Siguieron enviando sondas a Venus, pero ninguna como la Venera 7, capaz de
soportar enormes presiones y por lo tanto, con el claro objetivo de posarse sobre la
superficie venusiana. Y así cumplió su cometido en 1970. Midió una presión
comparable a la que hay a más de 900 metros de profundidad en el océano, es
decir, unas 90 veces la presión que hay en la superficie terrestre.
Imagen artística de Venera 7 sobre Venus.
La enorme presión en la superficie de Venus, por cierto, se debe a su
espesísima capa de nubes. Aquí en la Tierra, la presión que estás soportando en
estos momentos se debe al peso de toda la atmósfera que hay sobre ti. Si te
metes en el mar, al peso de la atmósfera le tienes que sumar el peso del
agua, y, como sabes, el agua pesa mucho más que el aire, y es por eso por lo
que a 10 metros de profundidad, la presión que soportas es el doble de la que
soportas en la superficie. Pues bien, si la presión en Venus
es 90 veces mayor que en la Tierra, es porque la atmósfera pesa 90 veces más
que la de la Tierra. Imagina lo densa que es. Como una niebla espesa de verdad de la buena, de las de cortar con cuchilla de Albacete.
Pero además no te la imagines con agua, porque prácticamente no hay agua en la
atmósfera... Es prácticamente dióxido de
Carbono,
Nitrógeno y
Azufre. Y hay unas tormentas
bestiales, con rayos y truenos que deben retumbar de un modo brutal, ya que el
sonido se propaga mejor en una atmósfera tan densa. Y también llueve… pero
ácido sulfúrico y sulfuro de plomo! Lo que pasa que se evapora antes de llegar
a la superficie por el calor que hace.
¿Aún sigues queriendo hacer un viajecito a Venus?
No se sí te vas haciendo a la idea de lo difícil que debe ser el día a día
en Venus, con temperaturas cercanas a los 500ºC, noches de medio año, presiones
insoportables, rayos y truenos, una densa niebla tóxica y lluvia de ácido
sulfúrico. Desde luego, el que pensó en llamarlo Diosa del Amor, no sabía lo
que tenía entre manos.